Una característica común de los libros infantiles es que, además de palabras, utilizan imágenes para contar historias. La importancia de estas ilustraciones reside en que desempeñan un papel fundamental para el desarrollo intelectual
Una característica común de los libros infantiles es que, además de palabras, utilizan imágenes para contar historias. La importancia de estas ilustraciones
reside en que desempeñan un papel fundamental para el desarrollo intelectual: estéticamente son atractivas, e inician en la educación del gusto por la belleza; además, sirven para fijar conceptos en la memoria, enriquecen la personalidad, ejercitan la imaginación, la creatividad, la razón crítica, y favorecen el amor por la lectura.